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El Ferrari Testarossa celebra su 40 aniversario - Ferrari Club España

Club de propietarios Ferrari de España

El Ferrari Testarossa celebra su 40 aniversario

El Ferrari Testarossa celebra su 40 aniversario

Un diseño mítico y rompedor, que marcó todo un hito en la historia de la marca


Fede García - Redacción de Noticias (FCE)
Fotos: Ferrari/Motor.es
© 2024 Ferrari Club España


 

Pregunta a alguien que no sepa de coches si conoce algún Ferrari, y muy probablemente te diga Ferrari Testarossa. Es curioso como después de 40 años desde su presentación, este Ferrari siga siendo mencionado por casi todo el mundo como un icono del automóvil deportivo. Muchas pueden ser las razones,… un nombre pegadizo que caló muy hondo en su momento, un espectacular diseño con una trasera brutal, casi sexy, o quizá porque apareció en una serie de TV de los años 80, como ”Corrupción en Miami”, que caló muy hondo en su momento. Sea como fuese, es curioso como el Ferrari Testarossa se ha convertido en uno de los modelos más importantes de la historia de Ferrari.

En los años 70, Ferrari apostó por los motores bóxer de 12 cilindros, primero con el Ferrari 365 BB (Berlinetta Boxer) y más tarde con el 512 BB, primero con carburador y después con inyección. Esta era la gama gran turismo de Ferrari de aquella época y, aunque el diseño del 365 y el 512 BB es una auténtica preciosidad visto con nuestros ojos, parecía una evolución en términos de diseño respecto al mítico Daytona. En la década de los 70, la línea afilada del Ferrari 308 GTB pondría las bases de un diseño más agresivo e impactante.

El año 1984 iba a ser muy importante para la marca. En el Salón de Ginebra de 1984 se presentaba el espectacular Ferrari GTO (conocido por los seguidores de la marca como 288 GTO), la propuesta de Maranello para participar en el Campeonato del Mundo de Rallies en la categoría Grupo B. Era ligero, muy potente y absolutamente salvaje, con una producción muy escasa debido a las obligaciones de homologación del citado campeonato. No obstante, este se trataba de una evolución potenciada y ensanchada del 308 GTB, y aunque era afilado, y muy imponente, era poco rompedor. En cambio el Testarossa iba a sorprender poco después.

 

Y es que Pininfarina se sacó de la marca un diseño absolutamente espectacular con el Ferrari Testarossa. Se presentó en el Salón de París de 1984 y desde el primer momento se sintió como un pilar para el futuro de la marca. Su diseño afilado destacaba por sus espectaculares branquias laterales y por mantener del motor V12 a 180º en la parte trasera. Fue la última saga en mantener el motor V12 en posición central trasera en vehículos de alta producción, ya que su sustituto, el Ferrari 550 Maranello, volvió a colocar el V12 en posición delantera.

Pero la cuestión es saber qué tenía para hacerlo triunfar desde el primer momento. Lo primero quizá fue por la estética, muy bajo y ancho, sus aristas rectas y contundentes, tan típicas de los 80, le daban un aire futurista que rompía con su propuesta, más cercana de un Gran Turismo que la de un superdeportivo puro, como sí lo era el Lamborghini Countach, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva. El Ferrari Testarossa era el equivalente al Ferrari 812 Superfast, una berlinetta con unas prestaciones increíbles, pero con un interior enfocado al lujo y al refinamiento, con cuero, asientos confortables y bien equipado. En este aspecto el Testarossa mejoraba respecto al 512BBi y esa mezcla tan lograda entre aspecto radical e interior refinado fue parte de su éxito.

Su nombre fue también parte de su éxito. Se refería al color de las culatas pintadas en color rojo, aunque no era un nombre nuevo, ya que lo habíamos visto hace años en el mítico Ferrari 250 Testarossa de 1957. Pero algo que hizo único a este Ferrari y que también ayudó a convertirse en el ícono que es hoy fue la gran repercusión mediática que consiguió al aparecer en televisión, en la serie Corrupción en Miami.

 

 

Ahora bien, era un buen coche? Probablemente no sea uno de los mejores Ferrari de la historia, puesto que el objetivo de Ferrari no era crear un superdeportivo radical, sino crear imagen y prestaciones. El Ferrari Testarossa había mejorado en muchos aspectos respecto al 512BB, como por ejemplo en la refrigeración del interior, gracias a los nuevos radiadores colocados justo delante de las ruedas traseras, el interior se calentaba menos y se conseguía más espacio, incluso el reparto de peso mejoraba. Los nuevos radiadores supusieron un reto de diseño para Pininfarina, que tenía que conseguir abrir una vía de aire en el centro de la carrocería, y lo logró con uno de los elementos estéticos más representativos de este coche, las cinco branquias que recorren buena parte de los laterales del coche y que alimentan de aire al doce cilindros.

El motor era ahora más potente y más ligero, con cuatro válvulas por cilindro, una inyección Bosch K-Jetronic mejorada y otros pequeños detalles conseguían aumentar en 50 CV la cifra ofrecida por el 512BBi, alcanzando los 390 CV. El Testarossa era un coche realmente veloz, capaz de rozar los 300 km/h. Eso sí, no todo era de color de rosa, ya que el motor estaba colocado sobre la transmisión y el diferencial y eso suponía una solución no demasiado brillante para conseguir la ventaja en términos de centro de gravedad que suponía un motor prácticamente plano.

 

 

Ferrari justificó esta decisión afirmando que el Testarossa no era un coche pensado para ser el Ferrari más rápido en el circuito de Fiorano y no se puede considerar un coche espectacular en términos dinámicos. No tiene sentido irse de tramo con este coche. No obstante, ese planteamiento, muy probablemente, fue la principal razón de su éxito, era un superdeportivo utilizable, relativamente confortable, perfecto para viajar y con una imagen absolutamente impactante. Era algo nuevo y convenció a los potenciales clientes, pese a su precio cercano a los 20 millones de pesetas de la época.

Si preguntamos a la gente por el Ferrari 512BBi o por el 512M probablemente no tengan ni idea de lo que estamos hablando. Pero si hablamos de Ferrari Testarossa todo el mundo parece conocerlo, aunque sea de oídas. Fue el Ferrari más popular de los 80 y 90 y ayudó a incrementar notablemente la imagen de la marca. Hoy Ferrari parece no necesitar tanto bombo mediático y por eso es poco probable que ningún otro coche pueda llegar a ser tan popular para el gran público como el mítico Testarossa.

El Testarossa todavía vio dos evoluciones sobre su propia base, el Ferrari 512TR y el Ferrari 512M, este último con una producción limitada a solo 500 ejemplares. El TR se puede considerar el restyling del Testarossa y probablemente sea la mejor opción si se es un amante de su anguloso diseño. Contaba con un nuevo colector de admisión, nuevos pistones, el motor estaba montado más abajo y se modificó el sistema de escape. El chasis fue reforzado para mejorar la rigidez y el peso se rebajó en 40 kg. Era mejor en todos los sentidos y el objetivo fue mejorar su comportamiento dinámico sin empañar su vocación de ser un superdeportivo utilizable. El 512M en cambio fue una evolución especialmente en el apartado estético, ya que renunciaba a los míticos faros escamoteables y detrás incorporaba los faros redondos, entre esto y las llantas en forma de espiral, su estética fue algo controvertida, pero sin duda es el más raro y exclusivo.

En 1996 el Ferrari Testarossa dejaba paso al 550 Maranello, con un diseño mucho más elegante y refinado en todos los sentidos. Finalizó su vida con 7.177 ejemplares fabricados, a los que hay que sumar los 2.280 del 512TR y los 500 ejemplares del 512M. En total, casi 10.000 coches fabricados, una cifra absolutamente espectacular, especialmente si lo ponemos en contexto y lo comparamos con la producción de su sucesor, la serie 550/575M, que no llegó a los 8.000 coches en total. Eso demuestra lo importante que fue el coche para Ferrari y para la imagen de la marca. Hoy tras 40 años de su nacimiento, el Testarossa sigue siendo un modelo icónico y ese es, sin duda, su mayor triunfo.

 

 

 

 

 

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