Fede García - Redacción de Noticias (FCE)
Fuente: WEC/Ferrari - Fotos: Ferrari
© 2023 Ferrari Club España
Spa-Francorchamps nunca defrauda. Poco importa que estemos a las puertas del mes de mayo, y que la caprichosa meteorología de la zona de las Ardenas, siempre nos regala un buen espectáculo en forma de sorpresas y de la variedad en cuando a las condiciones de agarre que se pueden dar a lo largo y ancho de una carrera de seis horas de duración. Y esta vez el dramatismo empezó desde muy pronto.
Ya en la vuelta previa al inicio de la carrera se dieron múltiples salidas y trompos, entre los vehículos de las categorías soporte. Phil Hanson en el Oreca #22 se iba contra las protecciones en la parte superior del Raidillon y posteriormente sufriría un trompo. Claudio Schiovani con el Porsche #60 también se quedaba enganchado en una escapatoria, mientras que Christian Ried con el Porsche #77 hizo hasta tres trompos, por culpa de la falta de temperatura de los neumáticos, y que en esos compases iniciales, en los que muchos equipos optaron por poner a sus pilotos bronce a la espera de que se diera un Coche de Seguridad y que, por tanto, pasaran minutos de cada uno de los turnos de los que en teoría son los pilotos más lentos.
Después de dos vueltas tras el coche de seguridad, se daba la salida lanzada y enseguida los dos Ferrari 499P se situaban lideres, gracias a sus gomas de lluvia. Las delicadas condiciones de la pista hicieron que los que montaban neumáticos de seco se vieran superados sin poder hacer nada, entre ellos los dos Toyota GR010. La firma nipona jugaba con perspectiva, con un asfalto que se secaba y pensando más bien en aguantar esas primeras vueltas y evitarse una parada temprana en boxes.
Poco les duró a los Ferrari la alegría de situarse primero y segundo, así como esas posiciones ganadas por parte del Cadillac #2 y los dos Peugeot. Cuando las gomas de lluvia empezaron a desfallecer, no tuvieron más remedio que entrar a boxes a cambiar por los de seco, pero al estar prohibido este año el uso de las mantas térmicas, todos los equipos que pararon por boxes, volvían a pista con sus vehículos totalmente “vendidos” frente a sus rivales, con sus slick completamente fríos, viéndose superados por todos y con la agravante de una peligrosísima falta de agarre en sus coches, que los metía en una dramática lotería que los podía enviar fuera de pista o contra las protecciones en cualquier momento.
Esto provocó que los Ferrari pasasen de dominar la carrera a caer irremediablemente al fondo del pelotón, a la espera que con el paso de las vueltas sus gomas fuesen entrando en calor y les permitiera rodar de nuevo al ritmo que nos tienen acostumbrados. Así las cosas, poco a poco terminarían llegando los Toyota desde atrás.
Al término de la primera hora estaba el Toyota #7 de Mike Conway de nuevo en cabeza, después de haber perdido tres plazas en la primera vuelta, mientras que la otra unidad, en esos momentos pilotada por Sébastien Buemi, ya se colocaba quinto justo detrás del Porsche #5 y por delante de un renacido Glickenhaus, que durante unos minutos fue un protagonista incómodo para aquellos que buscaban ganar posiciones rápidamente al contar con el talento de Romain Dumas detrás del volante.
Para Peugeot y Ferrari la carrera entraba en un momento en el que aquellos equipos a los que peor les había salido la estrategia tenían el difícil reto de recuperar plazas. Precisamente Ferrari estaba trabajando en ello para superar al Cadillac #3 de Renger Van der Zande durante la segunda hora de carrera cuando, el LMDh americano se iba sin previo aviso (al parecer por un problema con la dirección asistida) contra el muro de Eau Rouge a gran velocidad, quedándo completamente destrozado, aunque con el piloto saliendo ileso.
La imagen era terrible, recordando otros muchos accidentes con consecuencias fatales que se habían dado precisamente en ese punto. Sin embargo, en este caso no hubo que lamentar daños personales, con el piloto incluso haciendo una reverencia al público que le vitoreaba después de verle salir por su propio pie del Cadillac. Sería la noticia de esa segunda hora de carrera, con Mike Conway y Toyota dominando delante, Ferrari buscaba alcanzar al otro prototipo estadounidense superviviente y los Peugeot, Glickenhaus y Vanwall ya caían incluso por detrás de las referencias en LMP2.
La carrera parecía estabilizada hasta que de repente, el Porsche 963 LMDh #6 se quedaba fuera de carrera, quedando completamente parado, en este caso por un problema de fiabilidad justo en el momento en el que Laurens Vanthoor tenía que dejar el asiento a Kevin Estre. No sería la última baja, ya que un poco más tarde, Jacques Villeneuve con el Vanwall se iva contra las protecciones tal y como pasó en Portimão, cuando se le reventó el freno de la parte delantera derecha.
El canadiense en esta ocasión se tocó con el Ferrari 488 GTE #54 de Francesco Castellacci, perdiendo el control de su Hypercar saliendo disparado contra las protecciones, después de haber sido protagonista también en el arranque por una salida con el neumático frío tras salir de boxes.
Precisamente esa ha sido una de las polémicas del fin de semana. Después de que en Sebring y Portugal acompañara el Sol, en Spa-Francorchamps se vivió una situación bien distinta, en este caso con la falta de agarre que era más que evidente cuando los coches salían de boxes con las gomas congeladas al no estar permitidas este año las mantas para calentar los neumáticos. Un cambio de reglamento impuesto por la FIA, con la excusa de ahorrar peso en los desplazamientos. Sinceramente, muchos de estos cambios parece que salgan de un "grupo de borrachos que deciden el reglamento en medio de una noche de juerga", sin pensar en las consecuencias que pueden ocasionar y la falta de seguridad que ello conlleva. Os imagináis que puede ocurrir en Le Mans cuando caiga la noche? Nosotros sí, y la verdad que no nos gusta en absoluto.
La falta de agarre se volvería a repetir unos minutos más tarde, en este caso cuando el Ferrari 499P LMH #50 se iba contra las protecciones, cuando Antonio Fuoco acababa de salir de boxes después de tomar el relevo de manos de Miguel Molina. Justo cuando empezaba a subir marchas, el prototipo rojo perdía por completo el agarre en la bajada hacia Eau Rouge, saliendo despedido hacia la izquierda para ir contra el otro muro, quedando destrozado no solo en su parte delantera sino también en la trasera, viéndose obligado a abandonar.
Para entonces, la carrera seguía siendo controlada por el Toyota GR010 Hybrid LMH #7, de Conway, Kobayashi y López, aparentemente sin ningún tipo de contratiempo ni de problema que esta vez sí pudiera evitar el doblete por parte de la marca japonesa con el #8 de Buemi, Hartley e Hirakawa, llegando desde el fondo de la parrilla.
Lo interesante se jugaba en la lucha por el tercer escalón del podio, donde James Calado, al volante del Ferrari 499P #51, venía a toda velocidad a falta de 10 minutos para el final, con la intención de alcanzar al Porsche #5 LMDh que pilotaba Makowiecki y que se encontraba a más de 12 segundos por delante. Poco a poco Calado fue reduciendo la diferencia, y en la última vuelta alcanzaba al Porsche y lo adelantaba precisamente cuando el crono ya empezaba a descontar los últimos segundos de carrera, logrando la tercera plaza del podio en un final más que emocionante.
Los debutantes en la categoría reina, con el Porsche 963 #38 LMDh del Hertz Team Jota, se situó sexto tras el Cadillac #2, por delante de los Peugeot, que quedaron fuera del Top10, mientras que el Glickenhaus fue 13º por delante de los dos 9X8.
El otro punto de atención de los últimos 20 minutos de carrera lo pondría precisamente Albert Costa, con un último stint espectacular que después de encadenar un adelantamiento tras otro, colocaba al Inter Europol en el tercer cajón del podio en LMP2, frente a los 72.244 aficionados presentes en las gradas de Spa-Francorchamps. La batalla por el triunfo se la llevó el Team WRT, en un particular duelo con United Autosports que se decidió en la última parada en boxes, saliendo el coche de Louis Delétraz, Robert Kubica y Rui Andrade por delante del de Blomqvist, Jarvis, Pierson.
En GTE-Am también victoria muy importante del Ferrari 488 GTE #83 de AF Corse Richard Mille, con la francesa Lilou Wadoux, el italiano Alessio Rovera y el argentino Luis Pérez Companc, consiguiendo la primera victoria de una piloto fémina en una carrera del WEC por delante del Corvette Racing #33 de Catsburg, Varrone, Keating y del Aston Martin Vantage GTE #25 de Dinan, Eastwood, Al Harthy.
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