La salida del Ferrari Club España por tierras aragonesas, realizada durante el fin de semana del 26 al 28 de abril, tuvo como punto de encuentro y hospedaje, el espectacular Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel, cuyo establecimiento ocupa la emblemática estación ferroviaria de Canfranc, inaugurada en 1928.
Declarada Bien de Interés Cultural en el año 2002, la estación ha sido protagonista de importantes acontecimientos históricos y, gracias a su transformación en el mayor hotel de lujo de Canfranc, escribe ahora un nuevo relato ligado al siglo XXI y a su legado. Su historia está íntimamente relacionada con la unión por ferrocarril de España y Francia.
Las obras del túnel de Somport, pieza clave del proyecto, se desarrollaron entre 1908 y 1912, pero no fue hasta el año 1928 cuando se inauguró la estación, en un acto que contó con la presencia del rey Alfonso XIII y del presidente de la República francesa Gaston Doumergue.
El importante vínculo de Canfranc con el país galo se hace manifiesto desde su propia arquitectura, con un estilo que recuerda al de las estaciones francesas decimonónicas. Proyectada por el arquitecto Fernando Ramírez Dampierre, en ella encontramos elementos tan característicos de esta época como tejados de pizarra, buhardillas, pináculos art-decó y una gran cúpula central. Construida enteramente de hormigón, hierro, piedra y cristal, la estación de Canfranc es también considerada una de las mayores joyas de la arquitectura industrial española.
En los alrededores del Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel las fronteras se funden en un espeso manto de bosques. Transformado en un hotel de montaña donde el tiempo se detiene para disfrutar sin prisas de cada una de las experiencias que ofrece este destino. Se encuentra cerca de las estaciones de esquí de Candanchú y de Astún, y del puerto de Somport, una zona montañosa que cobra especial belleza en los meses de invierno, cuando sus picos se cubren de nieve.
La localidad de Canfranc se sitúa en el Camino de Santiago aragonés y su origen se remonta al siglo XI, cuando la escasez condujo a sus habitantes a dedicarse al comercio y a recibir a los peregrinos. En la actualidad, sigue conservando trazas del pueblo caminero que fue, siendo posible contemplar interesantes restos y vestigios de su antiguo patrimonio, devastado por dos incendios en los años 1617 y 1944.
A lo largo de la tarde del viernes fueron llegando los socios inscritos en el evento, y después de dejar los equipajes en las respectivas habitaciones, nos reunimos en el Hall del hotel para realizar una visita guiada a las instalaciones de la antigua estación de Canfranc y a la zona boscosa donde visitamos la entrada del antiguo Túnel de Somport y los búnkeres construidos para defender la población de posibles invasiones de los franceses que nunca tuvieron lugar. Estas construcciones militares fueron realizadas entre los años 1944 y 1959, y se extienden por el total de Los Pirineos, dando lugar al mayor proyecto de fortificación construido en España tras la guerra.
Finalizada la visita, volvimos al hotel donde se nos sirvió la cena.
Al día siguiente y después de desayunar, nos pusimos al volante de nuestros Ferrari para dirigirnos hacia la parte francesa de los Pirineos, en una ruta de 195 km.
Después de 60 km de recorrido, llegamos a Fort Du Portalet donde paramos para descansar. A continuación pusimos rumbo a Oloron-Sainte-Marie, un municipio situado en el suroeste de Francia, departamento Pirineos Atlánticos, en la región de Nueva Aquitania. Después de estacionar nuestros Ferrari, dimos un paseo por la ciudad y visitamos la catedral de Santa María de Oloron, cuya construcción empezó en 1102 con arquitectura románica y terminó en estilo gótico.
Después de nuestra visita, salimos dirección a Formigal, pasando por el puesto fronterizo del Portalet, dirección al Restaurant VIDOCQ, donde disfrutamos de una experiencia culinaria excepcional, que mezcla la rica tradición culinaria del Valle del Tena con sabores traídos de la cocina asiática, en un ambiente muy particular, lleno de calidez y muy acogedor.
Tras la comida pusimos regreso al hotel, en una ruta de montaña preciosa que pasó por Biescas, Sabiñánigo y Jaca. Llegados a última hora de la tarde, la mayoría nos dirigimos a nuestras habitaciones a descansar, y otros aprovecharon para disfrutar del Wellness Center del Hotel para relajarse.
Durante la cena intercambiamos experiencias de la intensa jornada vivida al volante de nuestros coches, y de la salida del Club que concluiría al día siguiente con el regreso a nuestros respéctivos puntos de origen.
Texto: Fede García
Fotos: Sergi Boneu y Josep Rodríguez