El Hotel Beatriz de Albacete daba la bienvenida a los socios participantes en el evento, que llegaron a sus instalaciones a media tarde del viernes, estacionando sus Ferrari en el parking subterráneo que puso el hotel a su disposición, que destacaba por su fácil acceso. Los que llegaron más pronto pudieron disfrutar del SPA del hotel, y otros decidieron dar un paseo por la ciudad.
Previo a la cena, en el hall del hotel se instaló una degustación de vinos, a cargo de Miguel Carrión, el enólogo que teníamos a nuestra disposición para cualquier duda sobre los vinos que pudimos degustar, uno de la bodega Castillo de Aresan, y otro perteneciente a una iniciativa privada, denominado “Llamativo”, cuyo nombre le venía como anillo al dedo por su extraordinario bouquet, mientras charlábamos a la espera de la llegada del resto de socios.
Una vez reunidos todos, nos dirigimos a uno de los salones del hotel, donde se nos sirvió la cena, al final de la cual se repartieron entre todos los asistentes varios regalos de recuerdo, entre ellos, unas típicas navajas de Albacete con el logo del Club grabado en uno de los laterales de la hoja, y botellas de vino de la degustación.
El sábado por la mañana y después de desayunar, concentramos nuestros Ferrari en el aparcamiento del Palacio de Congresos de Albacete, situado justo al lado de nuestro hotel, esperando la llegada de un selecto grupo de Vespas, Lambretas y otras motos clásicas, que, junto con la policía municipal nos iban a escoltar en un paseo por el centro de la ciudad. Una vez reunidos todos y con una mañana soleada de temperatura primaveral, iniciamos una marcha en caravana recorriendo algunas de las calles más céntricas, con gran sorpresa de algunos transeúntes, que disfrutaron de nuestro paso, escoltados por las Scooters del Club Vespambreta.
Una vez terminado el paseo por Albacete, la policía nos reagrupó en una zona que habilitaron y despidiéndonos de las motos que tanto nos habían hecho disfrutar circulando entre los Ferrari, salimos de la ciudad camino a Alcalá del Júcar por una ruta muy especial y pintoresca.
El recorrido de la carretera fue bordeando el río Júcar, dentro de las Hoces del río por la Ribera de Cubas, pasando entre las grandes paredes del Cañón, y de los numerosos pueblos con “casas cueva” que íbamos encontrando a nuestro paso y la vegetación propia de la zona.
Tras aproximadamente una hora de ruta, llegamos a Alcalá del Júcar, donde teníamos reservado un lugar para estacionar nuestros Ferrari, despertando la atención de los visitantes, sorprendidos por nuestra llegada.
Una vez aparcados los Ferrari, un autobús nos llevaría a la zona más alta del municipio, por una carretera exterior con unas vistas excelentes, para visitar el castillo, así como una de las “casas cueva” que se conservan, que nos permitió ver el modo de vida de la época. En todo el trayecto contamos con una guía de Alcalá, quien nos explicó parte de la historia, tanto del pueblo como del castillo.
Terminada la visita al castillo y ya bastante sedientos, bajamos por las callejuelas de la villa hasta la Cueva de Masagó, donde se nos sirvió una típica comida degustación, en la que disfrutamos de distintos platos de la zona, que destacaban por sus aliños de azafrán, que se cultiva en esta región, perteneciente a la empresa familiar Azafranes Manchegos (www.azafranesmanchegos.com). Este azafrán manchego está considerado como el mejor azafrán del mundo. La comida concluyó con un espectacular postre personalizado con nuestro logo del club, que contenía miel de azafrán.
Como colofón a la excelente comida que se nos había servido, algunos de nosotros decidimos tomar el café y algún licor, disfrutando de un puro habano, en uno de los balcones de la cueva abiertos a las espectaculares vistas del municipio.
Concluido el almuerzo, bajamos hasta nuestros coches por uno de los pasadizos de la cueva que nos dejaba muy cerca de la iglesia, para finalmente cruzar el puente romano y llegar a nuestros Ferrari.
Rumbo a Albacete, pero esta vez por la nacional N-322, mucho más cómoda y rápida, llegamos hasta nuestra próxima visita, el Estadio de Futbol Carlos Belmonte, donde aparcamos nuestros coches en un lugar reservado, y visitar todas sus instalaciones acompañados por un guía club. La visita, que fue muy amena y divertida, nos permitió acceder al palco, al terreno de juego, los banquillos, vestuarios, a las vitrinas de trofeos y a su sala de prensa.
Terminada la visita, volvimos de nuevo al hotel para descansar y prepararnos para la llegada del autobús, que nos llevaría hasta el Restaurante Las Rejas de Albacete, que abrió su establecimiento exclusivamente para nosotros (www.lasrejasalbacete.com).
Considerado como el mejor restaurante de Albacete por su cocina de temporada, los responsables de Las Rejas, nos prepararon un espectacular menú diseñado en exclusiva para la ocasión, acompañado por los vinos, y en especial del champagne de la bodega Pernod Ricard (www.pernod-ricard.com), quien hizo presencia en la cena con su delegado de zona, Javier Gómez Ballesta, a quien pudimos felicitar personalmente por la gran calidad de sus caldos, y en particular, el que más gustó a los socios, su champagne Perrier Jouet (www.perrier-jouet.com).
Concluida la cena, regresamos al hotel de nuevo en Autobús y a la mañana siguiente, una vez terminado el desayuno, dimos por concluida nuestra visita a Albacete, regresando todos a nuestros puntos de origen.
Texto: Francisco José Ríos y Fede García
Fotos: Santi Tormo y socios del Ferrari Club España