Después de dos años de espera por culpa de la pandemia del Covid, la Fábrica Ferrari volvía a abrir sus puertas a las visitas a sus clientes y a los socios de Clubs Oficiales de propietarios, por lo que el Ferrari Club España decidió organizar un viaje a Maranello para que sus socios pudieran visitar el lugar donde nacen los deportivos del Cavallino Rampante.
Como en años anteriores, elegimos para hospedarnos el Hotel Modena Resort de la cadena Best Western Plus, situado en Casinalbo di Formigine, a pocos kilómetros de Maranello.
A lo largo de toda la jornada fueron llegando los participantes al evento y a primera hora de la noche, nos reunimos en la recepción del hotel, para ir caminando al Restaurante Nero Balsámico, perteneciente al mismo hotel, donde se nos sirvió la cena.
Al día siguiente y después de desayunar, salimos hacia la localidad de Panzano di Castelfranco Emilia, para visitar la Collezione Righini. Situada en el Castello di Panzano, es una de las colecciones privadas de automóviles italianos más completa de Europa, con modelos históricos todos pertenecientes a distintas personalidades italianas, entre los que se encuentra el único ejemplar del Auto Avio Costruzione 815 de 1940, con el que se inició la saga de todos los modelos Ferrari.
Allí se nos ofreció una interesante visita guiada en la que pudimos ver de cerca todos los modelos expuestos, e incluso se destaparon algunas tapas de motor para poder disfrutar con todo detalle de los motores que impulsan a estos vehículos, la mayoría de ellos plenamente operativos hoy en día.
Concluida la visita pudimos acceder también a varias salas regias del Castello, e incluso a la cocina, pudiendo apreciar numerosos frescos que decoran los techos y las paredes, todos pertenecientes al Renacimiento italiano. Para finalizar, se nos ofreció una copa de Lambrusco, acompañado por virutas de Parmesano, con los que concluimos la visita.
Hacia el mediodía pusimos rumbo a Pozza di Maranello, para almorzar en el Restaurante Lo Smeraldo, un establecimiento cuyo propietario, el Sr. Lello Apicella, es un gran apasionado ferrarista, que no solo ofrece una cocina de altísimo nivel, sino que además decora su restaurante con todo tipo de imágenes y objetos, todos relacionados con Ferrari y la Scuderia.
A este almuerzo, previamente habíamos invitado al ingeniero Mauro Forghieri y su esposa, para hacerle un homenaje por sus más de tres décadas al frente la Scuderia de Fórmula 1 y Sport Prototipos, a lo largo de los cuales logró siete Títulos de Constructores y cuatro de Pilotos de Fórmula 1, tres títulos del Campeonato Internacional de Constructores de Gran Turismo, tres Trofeos Internacionales de GT, el título de Campeón de Constructores de Sport Prototipos de 1967, Campeonato del Mundo de marcas del 72, tres Campeonatos Europeos de Montaña y dos Copas de Tasmania...
Considerado uno de los grandes genios de la Fórmula 1, en una época de ingenieros y diseñadores “de autor”, que concebían la integralidad del monoplaza, que lo hacían prácticamente todo, cuando no había grupos de profesionales especializados en determinados elementos de los coches. Forghieri era capaz de concebir un nuevo elemento y estrenarlo en el monoplaza a la semana siguiente, algo que hoy en día nos parece inconcebible.
Para nosotros habría sido todo un honor tenerlo sentado a nuestra mesa, pero desgraciadamente tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en las mismas fechas de nuestra estancia en Italia, y se excusó pocos días antes de iniciar nuestro viaje.
Por este motivo y debido a la amistad que les unía, le pedimos al Sr. Apicella que le entregara al Sr. Forghieri, el recuerdo que teníamos previsto entregarle durante nuestro almuerzo, cuando este se repusiera de su intervención, algo que hizo unas semanas después, como mostramos en la foto que nos envió. Desgraciadamente, el Sr. Forghieri fallecería pocos días después, el 2 de noviembre, en su casa de Módena a los 87 años.
Finalizada la comida, aprovechamos la tarde libre para realizar algunas compras de recuerdos en algunos de los establecimientos de coleccionismo y modelismo de Maranello, para regresar a continuación al hotel para descansar.
Por la noche nos desplazamos hasta el Restaurante Montana, para degustar una excelente cena preparada por la mítica Mamma Rossella.
El viernes por la mañana y ya durante el desayuno, los nervios nos invadían a muchos de nosotros, porque todos estábamos deseando volver a cruzar la barrera de entrada de la Fábrica Ferrari, deseosos de ver todas las novedades que después de dos años sin visitas, nos ofrecería la “Fábrica de los Sueños”.
Una vez reunidos en la recepción de la Fábrica, nos dividieron en dos grupos y entramos a pie hasta la gran Planta de Montaje, un imponente edificio de dos plantas en donde se encuentran las cadenas de montaje de los vehículos V6 y V8 en la planta baja, y los V12 y proyectos especiales en la planta superior, en donde vimos el montaje de los 812 Superfast y GTS, y un espacio reservado conde se montan a mano los Daytona SP3.
A continuación, salimos a las calles de la Fábrica, para ir andando hasta la Planta de Motores, donde se encuentran las cadenas de montaje V6 y V8, y aparte la de los motores V12, en la que cada operario monta íntegramente a mano cada motor, y luego lo firma, para que quede constancia del trabajo realizado.
Concluida la visita nos desplazamos hasta el nuevo edificio de Diseño, y por el camino pasaron delante nuestro dos Ferrari Purosangue “camuflados” con vinilo, completando kilómetros de desarrollo para su puesta a punto final. Frente a nosotros nos esperaba un minibús, que nos llevó hasta la nueva sede de la Gestione Sportiva, para visitar los módulos de trabajo de los monoplazas de Fórmula 1, que, al coincidir con la celebración del Gran Premio de Singapur, estaban vacíos y solo había a medio montar un monoplaza F1-75 reserva. En el otro lado, pudimos observar a varios ingenieros trabajando en sus ordenadores, controlando distintas piezas de los coches.
A continuación, el minibús nos llevó hasta el Circuito de Fiorano para visitar el nuevo edificio de Competizioni GT, donde se custodian los vehículos del Programa XX, y los monoplazas históricos de F1 Clienti, y allí nos hicimos unas fotos de grupo para el recuerdo, junto a más de 50 Ferrari de F1.
La mañana concluiría en el Restaurante Cavallino, donde degustamos un menú preparado por el Chef, Massimo Butura, titular de la famosa "Osteria Francescana" de Módena, y actual gestor del Cavallino.
Tras la comida, volvimos de nuevo a Fábrica para entrar en Ferrari Classiche, siendo recibidos por su máximo responsable, el Sr. Andrea Modena, que nos explicó el trabajo de certificación y restauración que se realiza en este departamento dedicado exclusivamente a los vehículos clásicos del Cavallino, y poco después y para sorpresa del que os escribe estas líneas, me fue entregado el Pin de Oro del Club, como socio de Honor del Ferrari Club España. Un momento realmente inolvidable para mí, gracias a las gestiones de nuestro presidente, el Sr. Josep Rodríguez y de Stoyka, para que el Sr. Modena me hiciera entrega del Pin y en un lugar tan mágico como es el departamento Ferrari Classiche.
Después de una foto de grupo para el recuerdo y por gentileza del Sr. Modena, se nos mostraron algunos interesantes archivos que se custodian en este departamento, en los que pudimos conocer la atención que ponía Enzo Ferrari hacia sus clientes, anotando toda la información correspondiente a cada modelo, sus modificaciones, etc, o como preparaba cada carrera, con mapas de cada circuito y toda la información relacionada con cada pista. También pudimos ver diferentes modelos restaurados, así como motores, y el trabajo de algunos operarios en varios vehículos subidos a las Plataformas Hidráulicas.
Finalizada nuestra visita, nos desplazamos dando un paseo hasta el Museo Ferrari de Maranello, para disfrutar de la exposición, que suele ser temporal y que varía a lo largo del año dependiendo de los modelos que ceden algunos clientes de la marca.
La jornada concluiría con una cena en el Restaurante 36, a las afueras de Maranello.
El sábado por la mañana nos desplazamos hasta Módena para visitar el Museo Enzo Ferrari, en un espectacular y moderno edificio situado junto a la casa natal del Commendatore, en donde había una muestra dedicada a los vehículos Clásicos restaurados por Ferrari Classiche. Durante la visita se proyectó un audiovisual que se proyecta en una de las paredes de la gran sala de exposición, con detalles de la niñez de Ferrari, y sus victorias en competición.
Después de tomar unos refrescos en el bar del Museo, nos desplazamos hasta el centro de Módena para comer en el Restaurante la Vecchia Pirri, un lugar muy ferrarista debido a su cercanía con la antigua sede de la Scuderia del Viale Trento Trieste 33, y cuya cocina de gran calidad siempre ha hecho que repitamos en nuestros viajes a Maranello. Durante la comida vimos la Calificación del Gran Premio de Singapur de Fórmula 1, gracias a dos pantallas situadas estratégicamente en el comedor.
Finalizado el almuerzo, algunos decidimos dar un paseo por el centro de Módena, las señoras fueron de tiendas y otros decidieron regresar al hotel para disfrutar del Spa y sus instalaciones. Por la noche la cena estaba fuera de programa, así que algunos socios decidieron ir a cenar al Ristorante Pavarotti y otros decidieron ir al Studio 27, a disfrutar de unas Pizzas.
El evento en si llegaba a su fin, pero algunos socios decidieron quedarse el domingo en Maranello para asistir al Gran Premio de Singapur de Fórmula 1, transmitido en pantalla grande en el cine del Auditorio Enzo Ferrari, junto a los “tifosi” de Maranello y compartir con ellos la “Passione” de Ferrari.
Texto: Fede García
Fotos: Sergi Boneu, Sergi Miguel, Paco Pepe, Benjamin y Stoyka
